ETA INTENTA UNA MASACRE CON UN COCHE BOMBA EN CALAHORRA ETA ha reventado este viernes una calle de Calahorra con un coche-bomba dirigido contra la casa cuartel de la Guardia Civil y ha intentado una masacre en plena Semana Santa. Cientos de personas han sentido el terror muy de cerca cuando han oído una tremenda explosión seguida de la fractura de miles de cristales y el crujir de cientos de persianas, justo al final de la procesión del Silencio.Calahorra, con una población de 24.000 habitantes, es la segunda ciudad más grande de La Rioja, y es conocida por ser la capital de la verdura, gracias a las hortalizas que se cultivan en las riberas del río Ebro. Aún con el susto en el cuerpo, los calagurritanos expresaban su rabia por un atentado que ha quebrado la paz de la pequeña ciudad y ha provocado el pánico entre los muchos visitantes llegados para ver las procesiones de Semana Santa.Porque aunque Calahorra, “la Calagurris romana”, no sea especialmente conocida por su Semana Santa, es una de las más hermosas del norte de España.Cientos de penitentes vestidos con sus hábitos procesionales han asistido a la concentración de condena convocada por el Ayuntamiento, ya que si este año la lluvia no impedía la procesión del Santo Entierro, tampoco lo iban a hacer los terroristas. Al alcalde, Javier Pagola, el atentado le ha pillado celebrando una boda. Justo a punto de declarar a la pareja marido y mujer, notó cómo vibraba su teléfono móvil en el bolsillo, pero siguió oficiando tranquilo, hasta que vio la alarma reflejada en el rostro de algunos concejales, que como él, asistían invitados al enlace. La Policía Local le advirtió de la colocación del coche-bomba y el alcalde Pagola, que es también senador electo por el PP, tuvo que cambiar el traje de invitado a una boda por el mono de trabajo. Rápidamente, se desplazó hasta el lugar del atentado, donde tuvo que comenzar a coordinar el realojo de las cuarenta personas cuyas casas han quedado destrozadas por la explosión. No había ni una sola plaza libre de hotel en la localidad, por lo que el Ayuntamiento ha decidido habilitar los dos albergues para alojar a unas cuarenta personas, cuyas casas han quedado destrozadas.Entre los realojados, hay 16 agentes que vivían en la casa cuartel, que apenas ha sufrido daños, pero que se encuentra muy deteriorado, por lo que antes de finales de año la Guardia Civil se trasladará a un nuevo edificio. Además, el SOS Rioja ha prestado asistencia psicológica a los afectados y, sobre las cinco de la tarde, ha comenzado a repartir decenas de bocadillos y café entre los agentes de los cuerpos de seguridad, voluntarios, periodistas y políticos.Mientras los representantes públicos respiraban aliviados porque sólo se registraron cuatro heridos leves, entre ellos un guardia civil, los vecinos observaban resignados su ir y venir entre cristales. Agradecidos por la rápida intervención policial, ya que se acordonó en menos de un cuarto de hora una zona transitada por cientos de personas que regresaban de la procesión matinal, los calagurritanos no ocultaban su "cabreo" hacia los terroristas, que ya colocaron otra bomba en el mismo cuartel hace 25 años, también sin víctimas.Mañana sábado los ciudadanos volverán a expresar su repulsa hacia ETA en las concentraciones que la Federación Riojana de Municipios ha convocado a mediodía en todos los ayuntamientos.
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