En Radio Arnedo, Nelly Ernestina Herreros se ha mostrado emocionada por conocer esta tierra y agradecida tanto por el recibimiento como por el trabajo realizado por Rubio, al investigar y estudiar la vida y la obra de su padre, que murió cuando ella tenía tan sólo 6 años.
Por ello, ha dicho, carece apenas de recuerdos directos de su vida con él, pero conoció de sus penurias al llegar a Argentina con 17 años gracias a su madre que, según ha dicho, lo salvó de alguna manera al iniciar con ella una vida en común que les llevó de Buenos Aires a Córdoba.
Según ha dicho, Pedro Herreros fue enviado a aquel país por su familia, para evitar su incorporación al ejército y con ello su participación en conflictos bélicos, y allí comenzó a relacionarse con diferentes personas que, como él, tenían inquietudes culturales.
Herreros fue adscrito a la escuela literaria del sencillismo. Sus marcas autobiográficas, que hablan de penurias económicas, permanecerán inseparables desde su poemario “Buenos Aires grotesco y otros motivos (1922)” hasta “Cantos de amor (1930)”, los años centrales de su creación poética, en los que da a conocer textos como “Poemas egotistas” (1923), “Las tropas de Falopio” (1924) y “Poesía Pura” (1926).
El libro sobre Pedro Herreros, de Alfonso Rubio, profesor universitario en Colombia, ha sido editado por el Instituto de Estudios Riojanos (IER). La presentación ha sido organizada por la Biblioteca Pública Municipal de Arnedo que dirige Pedro Ruiz de la Cuesta y se ha incluido en la décimo novena edición de las jornadas de lectura “Aqueteleo”.