La concejala de Cultura, María Jesús Zapata, ha dado a conocer el fallo del jurado que decidió también premiar con el accésit local, dotado con 150 euros, al poema “Todas íbamos a ser reinas, según Gabriela Mistral”, de María Jesús Robles, quien ha explicado que esa obra surgió de una frase que alguien oyó en una conversación y que decía “Hay madre mía cuando oigo las llaves”.
Robles, que ha sido premiada en anteriores ediciones de este concurso, ha señalado que “el poema habla de esas mujeres que sufren de puertas para adentro. Que sufren violaciones, vejaciones, insultos, malos tratos…que sufren en silencio y aguantan, a veces no sólo por tema económico, también emocional, sentimental. A esas mujeres que todavía existen va dirigido” aunque ha dejado claro que ella no es su voz “porque nadie es la voz de nadie. Cada mujer tiene su voz, pero a ellas nadie las escucha”.
En cuanto al autor del relato ganador, Feliciano Ramos Navarro, la concejala de Cultura ha explicado que es un profesor jubilado que ha recibido más de 500 premios literarios, tanto nacionales como internacionales.
Por otro lado, 86 obras se han presentado este año al concurso de relato breve ‘Ciudad de Arnedo’. Entre ellas, el jurado ha decidido que la titulada “El baile de los incisivos”, del escritor, guionista, dibujante e ilustrador murciano Manuel José Delgado Riquelme, obtuviese el premio, dotado con 350 euros, mientras que ha concedido el accésit local, de 150 euros, al relato “El niño que quería ser un superhéroe”, de Gloria Plaza Medina.
La propia Gloria Plaza ha agradecido el premio, que se une a los recibidos en otras ediciones de este certamen, y ha explicado que su relato surgió tras su participación en una antología cuando le propusieron escribir algo sobre superhéroes, una temática que le era, según ha dicho, bastante ajena.
No obstante, una noticia que escuchó le inspiró para escribir el relato que muestra que “nunca sabemos qué pequeños gestos pueden ser de superhéroe” y que “hay por ahí muchos héroes sin capa, pero con grandes gestos. Hay muchos aunque no sean tan evidentes como los de los cómics”.
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Al lado de mi casa vive un hombre que no sabe leer ni escribir, pero tiene una mujer bellísima. En estos días, a escondidas de su esposa, y para mi angustia y preocupación decidió aprender. Yo lo escucho deletrear, como un niño grande, en unos papelitos que siempre le dije a ella que botara, pero la muy estúpida dejaba regados descuidadamente en cualquier parte de la casa; y le ruego a Dios que no aprenda jamás.
Pedro Querales. Del libro Fábulas urbanas