Nuria San Servando ha explicado este martes 16 en Radio Arnedo que el proyecto surgió de la necesidad de querer explicar a su hija, a través de un cuento, el proceso de adaptación al uso de las gafas porque, cuando buscó en la biblioteca y en librerías, se dio cuenta de que no había nada publicado sobre este tema, a diferencia de lo que ocurre con otros procesos evolutivos en los niños, como quitarse el chupete o el pañal, ir al baño o comer solo.
Y es que, aunque es habitual ver a niñ@s con gafas, no se encuentran referentes ni en los personajes, ni en las series de dibujos animados. No hay princesas con gafas, ni cuentos, canciones o películas “que cuenten qué es esto de llevar gafas”, algo que, como ocurre con el uso de otros aparatos, “sirve de burla o mofa y en ocasiones no se ve con normalidad, por lo que preparar y reforzar la autoestima es crucial para asegurar que los niñ@s no pasen por experiencias negativas y sepan hacer frente a situaciones no deseadas”.
Además, “está en auge la literatura que no quiere hacer de las niñas simples princesas, pero en la que, además de ser valientes, luchadoras y fuertes, tienen que interiorizar que los cánones olvidan en muchas ocasiones la realidad”.
Por todo ello, San Servando y Peña (documentalista y patronista de profesión, respectivamente) se lanzaron a escribir e ilustrar un cuento que fuese una herramienta para afrontar este cambio y, una vez hecho, su entorno les animó a publicarlo, porque podía servir de ayuda a otros padres con niños en situaciones similares.
Así, “Adriana con G” parte de la situación real de lo que puede experimentar un niñ@ que lleva gafas y llega hasta cómo pueden afrontar los padres la nueva situación. Mediante el juego y la imaginación, Adriana se convierte en mucho más que siete letras añadiendo una nueva.
Colaboración y recompensas
San Servando ha explicado también que quienes colaboren en la publicación del libro, para lo que necesitan recaudar 3.000 euros (llevan ya 1.600), recibirán en su casa un ejemplar y, en función de la aportación que realicen, podrán hacer que otros niños tengan acceso al cuento en una biblioteca pública que elijan.
Además, se pedirá a la biblioteca seleccionada que indique el número de préstamos que el libro ha tenido durante el primer año y se hará llegar al mecenas esa información, con el fin de que conozca el número de niños que se han podido beneficiar de su generosidad. “Una forma original y divertida de apoyar la educación de las futuras generaciones”.