Acompañada por la concejala de Servicios Sociales e Igualdad, Rosa Herce, y por el responsable del SOID, Ángel Fraile, Marroquí ha señalado que “visibilizando y educando vamos a poder conseguir algo que nos parece tan lejano como erradicar las violencias machistas y la educación es parte clave, porque nos hemos llevado un chasco generacional. Pensábamos que esta generación no iba a tener ese machismo integrado, ni homofobia o racismo, porque era la generación hija de la democracia y la igualdad, pero reproducen un machismo muy agresivo. Una de cada tres jóvenes sufre violencia machista y cuando hablamos de violencia sexual, las cifras se disparan”.
Por ello, ha reiterado que la educación de los más jóvenes en materia afectivo-sexual es una necesidad social para ellos y ellas, puesto que hasta ahora se siguen manteniendo los roles de género que en muchos casos perpetúan la educación machista.
Es importante, ha dicho, “que los chicos crezcan sabiendo el precio que pagan por el machismo. A nosotras nos educan para ser princesas y a ellos para ser príncipes valientes y fuertes y eso puede pesar y frustrar mucho en la adolescencia, pero siguen reproduciendo eso porque es la música que escuchan, las películas que ven o los youtubers a los que siguen. Hay que educarles para que sean críticos con la sociedad que les rodea, que sepan que eso lo interiorizan y pagan un precio por ello”.
Marroquí, que ha impartido el taller “Eso no es amor” a más de 70.000 adolescentes en toda España, ha destacado que también es importante “enseñarles a querer bien, huyendo del falso ideal del amor romántico, del amar es sufrir”.
En este sentido, ha indicado que “eso puede llegar a costar muy caro y es importante darles toda la información de cómo es una relación sana y cómo pueden detectar cuándo no lo es. Que tengan claras las primeras señales de maltrato”, una situación que ella misma sufrió entre los 15 y los 19 años.
Según ha dicho, “nunca me he ido de un aula sin que una chica me cuente que ha sufrido lo mismo que yo o sin que alguna diga que a la hora de tener relaciones sexuales, como el chico estaba motivado y le apetecía, ella, aunque no tuviera ganas, se ha quedado quieta pensando ‘que pase pronto’”.
Marroquí ha dejado claro que “es un peligro cómo están interiorizando eso. Y solo se combate con educación, prevención y un discurso adaptado a ellos, para que no recurran a información de Youtube o Instagram, porque eso no es educación real”.
En su opinión, la clave para que los jóvenes no entren de lleno en una relación violenta es que sepan identificar las primeras señales de maltrato. Por su propia experiencia, sabe que es “el control absoluto sobre ti, tienes la culpa de todo, tienes que filtrar lo que dices por si le sienta mal…son relaciones en las que vas de puntillas por si se enfada”.
Por ello, ha insistido en la importancia de “bajar la línea roja” para detectar el maltrato cuanto antes, para que la adolescente pueda salir de esa relación insana y violenta y “no tener una vida marcada por el maltrato, como tantas y tantas mujeres”.
Taller para familias, adolescentes y docentes
Tras el taller de esta mañana, Marina Marroquí ofrecerá otro esta tarde, a las siete y media en el teatro Cervantes, para formar a familias, docentes y a los propios adolescentes, que pueden acudir con sus padres, en la prevención de la violencia de género. Algo para lo que, en primer lugar, las familias deben conocer la realidad en la que se mueven sus hijos.
Así, ha explicado que “cuando digo que empiezan a consumir porno a diario a partir de los 10 años y mantienen relaciones sexuales a partir de los 13” los padres se sorprenden y asustan “pero es cierto, por eso hay que mostrar la realidad” a una generación de familias muy preocupada por la educación de sus hijos y también por la educación afectivo-sexual “para prevenir que tu hija sufra violencia y tu hijo pueda ejercerla. Es un tema que hay que trabajar de manera muy intensa y eso no se hace a los 14 años sino el primer año de vida”.
Marina Marroquí, que el jueves 21 y viernes 22 impartirá también a los alumnos de 5º de Primaria de los tres colegios arnedanos un taller sobre “Coeducación en igualdad a través de la reducción del sexismo”, ha puesto su experiencia personal como ejemplo de que la violencia de género se puede dejar atrás, siempre con ayuda, “porque de ahí no sales, te sacan, en mi caso lo hizo mi familia, que me buscaba por los descampados pensando encontrarme muerta”. Ahora, ya con una vida feliz y sin miedo, su objetivo fundamental es trabajar en la prevención para que ninguna joven viva lo que ella vivió.