El manifiesto elaborado con motivo de este 8 de marzo por la asociación indica que “tristemente venimos de un año de pandemia. El COVID-19 está matando e infectando a millones de personas en el mundo, pero la sociedad entera está concienciada y muchos países han dado con distintas vacunas que están ayudando a erradicarlo”.
Añade que “hoy, en el día internacional de las mujeres, queremos que se tome conciencia de la otra pandemia que afecta a algo más de la mitad de la población y que no es otra que las desigualdades y violencias contra las mujeres. Una pandemia que nos afecta desde tiempos inmemorables y en la que su vacuna no es otra que la conciencia social”.
La asociación Luz Ultravioleta considera que “es paradójico, pero podemos criticar una conducta machista y continuar en un sistema que la reproduce. El sistema patriarcal es amplio y, en ocasiones, sutil, difícil de detectar pero que impregna nuestro día a día de tal manera, que es difícil percibir el poso machista en algunas sociedades que se autodefinen igualitarias, como la nuestra”.
Agrega que “la pandemia por COVID ha potenciado la histórica pandemia machista. Son más las que han perdido su empleo, las autónomas que han visto frustradas sus empresas, las que han sufrido un ERTE… Son muchas más mujeres las que han hecho malabares con las clases de sus hijas e hijos, la atención a sus padres o abuelas, el trabajo profesional, el trabajo del hogar… Son más mujeres las que más han sufrido estos efectos, a costa de su propia carrera laboral e incluso de su bienestar. Esta crisis ha puesto en relieve las cargas desproporcionadas que soportan. Y queremos, desde aquí, recordar la insoportable realidad de todas las mujeres que han tenido que estar confinadas con su agresor”.
En España, “de enero a septiembre de 2020, las llamada al 016, número de ayuda ante la violencia machista, se han incrementado un 23,7% y esto a pesar de que menos del 40% de las mujeres que experimentan algún tipo de violencia busca ayuda2.
El incremento de la precariedad laboral y del paro (España fue el país que sufrió en 2020 el mayor aumento de la tasa de desempleo femenino hasta situarse en el 18,4%, lo que sitúa al país como el segundo con más paro entre las mujeres de toda la Unión Europea, sólo por detrás de Grecia con una tasa del 20,6%),arrastra a las mujeres más vulnerables al sistema prostitucional, la pornografía y a las empresas en las que pasamos a ser productos de consumo como Onlyfans.
Todo esto nos lleva a reivindicar que el desarrollo de leyes de igualdad es más que necesario y que solo se pueden desarrollar con éxito en una sociedad que experimente cambios profundos, que comiencen dentro de la familia y que continúen en las escuelas y en medios de comunicación escritos y audiovisuales.
Es evidente que los modelos de “masculinidad”, a pesar de lo que parece, no han cambiado casi nada. Es importante y necesario que comprendamos, analizando este gran problema, que lejos de menguar se va perpetuando en el tiempo. Se dice que los hombres han cambiado mucho pero no es oro todo lo que reluce, se transforma pero existe.
Si nos centramos en España, encontramos que las estadísticas que estudian las políticas de igualdad, las califican con buena nota pero son pocos los avances reales que encontramos en materia de igualdad en los últimos años. Las mujeres continúan realizando, de media, más tareas domésticas comparadas con las de sus compañeros hombres, a pesar de que las mujeres cada vez están más insertadas en el mundo laboral.
También encontramos una brecha de sexo en la vida pública y política a pesar de la legislación que existe de equilibrio de sexo en las listas electorales. España no avanzará en la lucha contra las violencias machistas, si la sociedad no se conciencia sobre su problema público estructural. Si esa estructura no cambia de verdad, desde la base, desde lo profundo del problema y sin que las mujeres tengamos cuotas de poder, la solución aun está lejos de ser realmente válida porque estas diferencias en la estructura de la sociedad nos seguirán afectando a todas.
Si nos planteamos: ¿por qué no desaparece el machismo? Podemos encontrar la respuesta identificando no solo cómo actúa el patriarcado si no también la simbiosis perfecta que mantiene hoy con el capitalismo neoliberal. Es un sinsentido que en pleno siglo XXI tengamos que seguir explicando y justificando lo que significa feminismo pero aquí va de nuevo.
Feminismo es la herramienta que lucha, desde hace más de 300 años, contra las desigualdades que sufrimos las mujeres por razón de sexo y que busca la raíz de sus causas para encontrar soluciones que, de verdad y de una vez por todas, se alcance una sociedad igualitaria.
Es lo que, cada 8 de marzo reclamos, además de nuestra libertad sexual, seguridad e integridad física, un cambio de estructura y una conciencia social más allá de las modas o de lo políticamente correcto. Encontrar la solución eficaz y efectiva, encontrar entre todas y todos la vacuna.
Todos los años hay motivos para salir a las calles a mostrar nuestra indignación por nuestras compañeras que sufren violencias machistas en cualquiera de sus expresiones y, desgraciadamente, por todas las que ya no están, víctimas mortales de esta sociedad patriarcal, de esta pandemia social.
Este 8M, día internacional de la mujer, seguimos la lucha en las calles y alzamos nuestra poderosa voz y nuestro puño por nosotras, para que nuestras reivindicaciones se vean y se escuchen …¡¡por todas las mujeres, seguimos!!”