“El innovador proyecto que ha permitido la obtención de celulosa bacteriana biodegradable de origen biológico, ha sido merecedor del “parabién” del jurado, al plantearse actualmente como la alternativa al cuero más viable sosteniblemente”, ha explicado el director-gerente del CTCR, Javier Oñate, quien recogió el premio este jueves 16 de septiembre.
Según ha dicho, “el mayor logro es que no se plantea como un sustitutivo de este tipo de piel, el más utilizado en la fabricación de zapatos, pero sí como un añadido que cumple a la perfección con el objetivo al erradicar los graves problemas ambientales, que surgen durante su proceso de curtición”.
Además, “esta innovadora propuesta sobre la que todavía se trabaja, para validar su mayor eficacia y posibilidad de implementación futura en el mercado, motiva al CTCR a seguir avanzando en materia de biotecnología. Y para ello, ahora está inmerso en la búsqueda de socios para constituir un consorcio que permita escalar a nivel industrial el resultado obtenido.
Oñate ha recalcado que “la capacidad científica del CTCR para encontrar los microorganismos y tipos de cultivo idóneos hasta obtener celulosa bacteriana de calidad y viable técnica y económicamente, es un mérito que queda en nuestro bagaje innovador digno de cualquier galardón”.