Martín ha recordado que ante el deterioro de la torre, tanto del exterior como de su estructura interna, la parroquia arnedana encargó un informe técnico valorativo y realizó el proyecto para la restauración de la torre, presupuestada en unos 85.000 euros. Además, el párroco lo presentó en el Obispado que, a su vez, lo incluyó entre las actuaciones que se podrían incluir en el citado convenio con el Gobierno regional.
Así las cosas, Martín ha reconocido que “estamos felices porque ese dinero, que gracias a la generosidad de los arnedanos estábamos ahorrando para la torre, lo vamos a poder destinar a otros arreglos” en el interior de Santo Tomás, como la intervención en los problemas con la areniscas que caen de las paredes, en la grieta de una de las columnas y en la iluminación del templo.
Para ello, ha explicado que se hará otro informe técnico “para ver de qué presupuesto hablamos y de cómo lo podemos hacer”, con lo que ha afirmado que “2022 será el año de la iglesia de Santo Tomás”.
En cuanto al posible inicio de los trabajos de remodelación de la torre, ha indicado que el plazo de ejecución lo marcarán las cigüeñas puesto que, al haber un nido, no se puede hacer la obra del 1 de febrero al 31 de julio y hay que obtener el permiso correspondiente de Medio Natural.