La situación sanitaria y el confinamiento obligó a pararlo todo y, tras 19 meses de paréntesis, el pasado mes de octubre se pudo retomar esta iniciativa de formación con un nuevo curso que hasta este martes 18 de enero se ha estado impartiendo en las nuevas instalaciones de Cáritas, en el antiguo cine de Don Eliseo y, dentro de él, en una sala que lleva por nombre “Escuela-Taller Luis María Cuevas”, en homenaje al sacerdote que impulsó estos cursos hace 25 años.
Cinco de los ocho alumnos que empezaron en octubre, -cuatro mujeres y un hombre, de Marruecos, Argelia y España-, han recibido los diplomas que acreditan que han seguido con aprovechamiento una formación de 170 horas, de manos del director de Cáritas, Santiago Álvarez, y del párroco, Javier Martín, quien ha mostrado su satisfacción por haber podido retomar esta actividad tan importante para la entidad y, sobre todo, para sus beneficiarios.
En este sentido, Martín ha señalado que “Cáritas no sólo da dinero, sino que enseña también con herramientas a ganárselo. Ojalá que podáis encontrar un espacio donde poder desarrollar, ya trabajando, esto que habéis aprendido. Es una gozada que Cáritas siga apostando por estos cursos de formación, recordando también a don Luis María Cuevas que es quien ideó estos talleres”.
Por su parte, el director de Cáritas Parroquial, Santiago Álvarez, ha destacado “la entrega e ilusión” que han puesto los cinco alumnos que han finalizado el curso, dos de los cuales continuarán la próxima semana con formación más específica en embastado o ribeteado, mientras de forma paralela comienza un nuevo curso de guarnecido para otros 10 alumnos.
Álvarez, que ha insistido en que las puertas del taller están abiertas para todos ellos, ha recalcado que esta formación trata de “dar respuesta a la demanda que tienen las empresas (del sector del calzado) de trabajadores con experiencia. Al menos les ponemos en esa senda”.
El director de Cáritas parroquial ha detallado también que la ‘Escuela-taller Luis María Cuevas’ cuenta actualmente con 14 máquinas planas, más dos de reserva, junto a una máquina de poner cintilla, otra de embastar y una más de zig-zag. Además, dispone de dos máquinas de ribetear, pero una de ellas está en muy malas condiciones, por lo que AICCOR (la asociación de industrias del calzado) está gestionando la localización de una en buenas condiciones.
Con estas máquinas, donadas por empresas y particulares, Cáritas “trata de dar a los alumnos de estos cursos las herramientas imprescindibles para que en un taller o en una fábrica de calzado los acojan y empiecen a trabajar con garantías”.
En su opinión, “estamos en un momento bueno para incorporarse a las empresas, que demandan gente formada para muchas labores, y estos alumnos, sin tener una experiencia grande, al menos tienen un conocimiento de las máquinas para ponerse a trabajar y en muy poquito tiempo dar un rendimiento óptimo y normal en una empresa de calzado”.
Álvarez, que ha agradecido la labor de la monitora de los cursos de guarnecido, Mariela Larrauri, y de los voluntarios que la ayudan, ha destacado que Cáritas se ha propuesto para este año incrementar sus acciones formativas ajustándolas a lo que los distintos sectores están demandando, con lo que estará “dando respuesta a las necesidades del sector empresarial y facilitando a los alumnos su incorporación al mundo laboral”.