El objetivo es, según nos ha contado este miércoles 2 de febrero el psicólogo y técnico municipal responsable del SOID, Ángel Fraile, ver cómo está afectando la pandemia a los jóvenes de entre 13 y 17 años, detectar situaciones de riesgo y ayudarles a generar mecanismos para afrontarlas.
Para lograr esos objetivos, el proyecto cuenta con tres profesionales. Dos de ellos, la trabajadora social Virginia Muñoz y el educador de calle Marcos Castillo han destacado que, aunque al principio cuesta, los jóvenes se abren a contar sus problemas y preocupaciones si realmente se les escucha con interés, porque uno de los aspectos negativos que se ha detectado es que no se sienten escuchados y, por ello, muchas veces se mantienen al margen de lo que tienen alrededor.
También ha recalcado que la ansiedad y la baja autoestima, problemas que ya existían anteriormente, aparecen de manera recurrente en las conversaciones con los jóvenes, porque se han acentuado en este tiempo de pandemia y han llevado a situación de introversión, de no querer salir de casa, a las que hay que prestar atención.
Como demandas que transmiten, han apuntado la necesidad de contar con un lugar de reunión para ellos que cumpla sus expectativas y de que haya más actividades, por ejemplo deportivas, dirigidas a esas edades. Pero, sobre todo, lo que más les preocupa en estos momentos es poder volver a la normalidad, es decir, a poder socializar sin mascarillas, restricciones o distancia social.
El proyecto “Adolescentes y Covid. Valoración del riesgo e intervención con menores vulnerables” continuará en los dos próximos meses con el análisis de los datos recogidos y con la posible puesta en marcha de una red de agentes jóvenes de prevención, que trabaje con sus iguales en la detección de problemas y situaciones de riesgo, para tratar de ponerles solución.