Uruñuela ha destacado que esta intervención “es un ejemplo significativo que pone de relieve el interés común de instituciones distintas, en este caso el Gobierno de La Rioja, la Diócesis y el Ayuntamiento de Arnedo, por la preservación del patrimonio riojano”.
La intervención en la torre de la iglesia de Santo Tomás ha venido dada ante las patologías observadas en la estructura, fruto de la alta exposición a la intemperie con la acción negativa de la humedad, el lógico envejecimiento de los materiales y las consecuencias de algunas reparaciones y reformas efectuadas en su día.
Considerando el actual estado de conservación estructural de la torre, y puesto que la potencia de los muros de sillería, piedra labrada y ladrillo aseguran la estabilidad del conjunto, la reforma ha planteado una restauración integral para recuperar la calidad del material original y la belleza de su diseño, entendiendo como punto de referencia el de la configuración actual de dos cuerpos rematados con una sencilla cubierta de cuatro aguas. Las obras se han desarrollado durante dos meses y se han completado en el plazo previsto.
Uruñuela ha recordado que “el Gobierno de La Rioja dedica una cantidad muy importante, en torno a algo más de 1,7 millones de euros al año, en inversiones para acciones de restauración y conservación del patrimonio, en dos herramientas de colaboración que formalizamos: con las Administraciones Locales, por un lado, lo que se conoce popularmente como la ‘Orden de Ermitas’, que el año pasado incrementamos en un 50% su cuantía; y el convenio con la Diócesis, por otro”.
Este convenio 2021-2022 recoge una partida, en números redondos, de casi 600.000 euros para apoyar obras de restauración en ocho edificios patrimoniales: es el caso de Ezcaray, Fuenmayor, Murillo, Calahorra, La Villa de Ocón, Aguilar de Río Alhama y Arnedo.
Uruñuela ha destacado que “el patrimonio de La Rioja es inmenso, y además de la labor puramente de inversión monetaria y de redacción de proyectos, hay una parte muy importante que es la de vigilancia y supervisión de nuestros elementos patrimoniales y su situación que hacemos las instituciones implicadas; esta parte de supervisión es esencial para la organización luego cada año de las prioridades y de los lugares más necesarios y prioritarios en los que invertir el dinero”.
En la visita a la iglesia de Santo Tomás han participado arquitectos del proyecto y miembros de la Diócesis y del Servicio de Patrimonio de la Dirección General de Cultura; el párroco de Arnedo, Javier Martín, y el alcalde de la ciudad, Javier García, quien ha agradecido al Gobierno y a la Diócesis su colaboración “para lograr un resultado espectacular en una torre que necesitaba esta restauración”.
Además, el alcalde ha recordado que desde 2015 se está realizando una intensa actividad de restauración de patrimonio en la ciudad, con acciones destacadas en las iglesias de San Cosme y San Damián y Santa Eulalia. Sobre esta última, ha citado la reforma de su cubierta y, como ya ha avanzado en alguna otra ocasión, ha recalcado que se quiere convertir en un Museo de Pasos de Semana Santa.
Por su parte, el párroco, Javier Martín, ha agradecido también al Gobierno de La Rioja y a la Diócesis la actuación llevada a cabo, “que ha sido un espaldarazo y servido para seguir teniendo todo el patrimonio en Arnedo en buenas condiciones”, ha indicado, recordando también a su predecesor, el sacerdote Tomás Ramírez, “que hizo que me encontrara las iglesias arregladas, algo que no ha sucedido en otras partes”.
Martín ha destacado también que gracias al ahorro que ha supuesto la subvención recibida se podrá ahora actuar en el interior de la iglesia. Además, ha adelantado que para hablar de estas futuras intervenciones y dar a conocer parte de su historia, se prevé organizar unas jornadas a finales de abril y, cuando sea posible, alguna visita a la torre, con aforo muy limitado.
La obra
La intervención en la torre de la iglesia de Santo Tomás ha estado marcada por la seguridad y el trabajo al detalle, sustituyendo las piedras de la torre más afectadas y que podrían representar un problema estructural para la torre, según ha explicado el arquitecto José Luis de Miguel. La obra ha incluido la limpieza de las juntas, la recuperación de ladrillos y reparación de grietas y fisuras, así como la reconstrucción de la moldura que separaba las dos partes de la torre. Del mismo modo, se ha desmontado la cubierta para impermeabilizarla y se ha consolidado el suelo de la plataforma del campanario.