Aprovechando que está pasando unos días de vacaciones en su localidad natal, Pérez-Aradros ha participado en una rueda de prensa, acompañado por el párroco de la ciudad, Javier Martín, y el presidente de la Escuela de Fútbol de Arnedo, Víctor Santo, en la que ha explicado que ahora se está trabajando para desarrollar distintos proyectos en dicho centro, que fue inaugurado el pasado 19 de marzo, coincidiendo con la festividad de San José.
La parroquia de Arnedo destinó alrededor de 13.500 euros -recaudados de la exposición de dibujos de José María Mateo ‘Arnezonía’ y las colectas de las comuniones de 2021- a la rehabilitación del centro social Frei Zacarías, en el que se han invertido 75.000.
Pérez-Aradros ha reconocido que no creía que pudiera llegar a reformar este edificio porque “era bastante costoso”, pero ha destacado que la aportación de los arnedanos fue fundamental para este proyecto al que se sumó también la Orden de los Agustinos Recoletos.
Finalmente, tras seis meses de trabajo y de arreglo del tejado, se pudo inaugurar este centro que ha supuesto “un gran esfuerzo, pero que ha merecido la pena”.
El misionero arnedano ha explicado que el centro social Frei Zacarías se destinará a lo que los propios vecinos de la zona deseen, todo ello con la colaboración de distintos voluntarios.
Pérez-Aradros, que se ha mostrado convencido de que “será un punto importante para el pueblo”, ha incidido en que el objetivo es que acoja distintos cursos y ayudar a los niños más desfavorecidos, para los que se está pensando en realizar alguna actividad, así como a los ancianos. Pero ha recalcado que todo “depende de ellos, de que el pueblo se implique”.
También ha explicado que a los niños de Salvaterra les gusta mucho la música y que, con otra aportación de 3.000 euros realizada por la parroquia arnedana, han comprado veinte flautas, diez guitarras y cinco teclados, a los que se suman quince ordenadores donados por un gran agricultor de la zona.
Entre tanto, Pérez-Aradros ha afirmado que está “feliz” en Brasil y que su vida está allí, en donde poco a poco se va acostumbrando al ritmo tranquilo de su gente, que llama al misionero arnedano “estresado”.
Ha relatado que son personas que “viven al día” y que “la pobreza es una cuestión de mentalidad”. Según ha descrito, “allí no hay empleos y, si surge alguno, se reduce a trabajos promovidos por el ayuntamiento o el Estado”, o a que “les llamen un día para hacer una cosa y otro para hacer otra”.
También ha advertido de que hay “muchas cuestiones sociales serias” y que intentan ayudar a los niños, “que son la parte más sensible de la sociedad”. “A veces –ha contado- una chica con 14 o 16 años se queda embarazada, se va a vivir con su chico y el niño lo cría la abuela”, a lo que ha sumado el problema de la violencia y que allí “la violencia doméstica es muy grande”.
Con todo, el misionero arnedano ha señalado que “tenemos los pequeños problemas y también los grandes problemas de la globalización”.
Por su parte, Víctor Santo, presidente de la Escuela de Fútbol de Arnedo, que hace unos meses donó varias equipaciones de fútbol para los niños del centro social Frei Zacarías, ha reconocido que “no somos conscientes de las realidades de otros sitios y del trabajo que se está realizando”.
Ha destacado que desde la Escuela de Fútbol de Arnedo siempre han pretendido “aprovechar la visibilidad que tenemos en la ciudad”, en contacto con muchos niños y sus familias.
“Donar las equipaciones usadas no deja de ser un hecho pequeñito, algo puntual, independientemente de la ilusión que genera a esos niños”, ha reconocido Santo, “lo importante es la repercusión y visibilidad que le damos al trabajo que se está realizando allí”.
En este sentido, Santo ha afirmado que la vocación de la Escuela de Fútbol de Arnedo es continuar con su proyecto social, participando en cualquier iniciativa que trabaje por los más desfavorecidos.