Así, durante el mes que dura la OSE, los usuarios que acudan a la Biblioteca Pública Municipal donarán sus horas de estudio. Por cada hora donada, la organización de la Olimpiada destinará “1 Olimpio” (convertible en una cantidad económica al concluir la iniciativa) para financiar proyectos de cooperación al desarrollo en países menos favorecidos.
El objetivo último de la OSE es concienciar sobre el obstáculo que puede suponer para el futuro desarrollo de una persona el no tener acceso a la educación básica y la falta de formación.
De este modo, se alía con el 4 Objetivo de Desarrollo Sostenible: ‘Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos’
Con esta premisa, de nuevo este año se intentará reunir las horas/euros necesarios para los proyectos de cooperación seleccionados, así como sensibilizar a miles de personas sobre el problema de la falta de acceso a la educación en países en desarrollo, los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030.
En concreto, la Biblioteca Pública Municipal de Arnedo colaborará este año con un proyecto de “Asistencia sanitaria y educativa a los niños talibé en Senegal”.
Este proyecto surge de la urgente necesidad de atender a los más de 50.000 niños, llamados talibé, que en la actualidad son forzados a mendigar por las calles de distintas ciudades de Senegal, pero especialmente en Saint-Louis y Dakar.
Los niños, desde los 4 años, incluso enfermos, son obligados a mendigar interminables horas y recorrer largas distancias para conseguir dinero, arroz o azúcar. De no completar la cuota diaria sus tutores religiosos y de facto, sus amos, llamados marabúes, son castigados física y psicológicamente.
Estos niños talibé son las víctimas de las redes mafiosas de tráfico de personas que existen en Senegal, Gambia y Guinea que, amparados por la tradición, la laxa aplicación de la ley y una visión rigorista de la religión, captan a los niños en zonas rurales, en estratos sociales bajos.
Los trasladan a las ciudades y quedan al servicio del Marabú, que los emplea como fuente de ingresos. Quedan por tanto aislados, excluidos socialmente, en un limbo legal incompresible en países occidentales pero real en África Occidental, fuera de los censos y fuera del acceso a la educación y a la atención sanitaria básica.
Viven en Daaras, escuelas coránicas lejos de sus casas, en condiciones insalubres e inaceptables, hacinados y sin acceso a agua potable ni letrinas.
Estas condiciones de vida vulneran todas las convenciones internacionales sobre respeto de los Derechos del Niño, de la que Senegal es signataria.
Pero más allá de lo firmado, la realidad es el analfabetismo, el aislamiento social, la desnutrición, las enfermedades, el maltrato físico y en muchos casos, el tráfico de personas y de órganos. Son preocupantes las crisis sanitarias, especialmente la propagación de enfermedades infecciosas digestivas, respiratorias y dérmicas de muchos tipos, especialmente la sarna, que es la patología que más afecta a los niños talibé de Senegal. En estos momentos al menos 5.000 niños en la ciudad de Saint-Louis la sufren. Los marabúes no remiten los niños enfermos a los hospitales, aduciendo falta de medios, de confianza en los estamentos sanitarios o de conocimientos.
“La Maison de Gare” es un centro de acogida donde los niños talibé pueden encontrar tranquilidad, asearse y recuperarse de la situación de calle. Es un referente nacional e internacional que trabaja con más de 2.000 niños ‘talibés’ en Saint Louis mensualmente. Su director recibió de manos del Secretario de Estado del Gobierno Americano, John Kerry, el Premio a Héroe Mundial contra el Tráfico de Personas.

