García, que contuvo la emoción y estuvo arropado durante la sesión por familiares y militantes socialistas, entre ellos los ex alcaldes José María León Quiñones y Santiago Orío, y los primeros ediles de Arnedillo, Pedro Montalvo, y de Herce, Jesús Ibáñez, puso así fin a una etapa de 23 años en el consistorio arnedano (casi dos como personal laboral, doce como concejal y los últimos diez como alcalde).
Reiteró que, con sentimientos encontrados, da “un paso al lado para atender otras responsabilidades que la vida me ha ofrecido” y que no puede compatibilizar con la alcaldía de esta ciudad “por la que siento pasión y orgullo”.
En su despedida, García reconoció que en sus años como primer edil ha habido también malos momentos, sinsabores, errores y desaciertos, pero que “de todo se extraen aprendizajes”, y quiso tener un recuerdo especial para las víctimas de la pandemia del coronavirus.
No obstante, aseguró que “ser alcalde de tu ciudad es lo mejor que te puede ocurrir en política” y que lo deja “con algo de pena y resignación, pero con un enorme sentimiento de alegría por el deber cumplido”.
García cree que “Arnedo es una ciudad mucho mejor” que la que encontró en 2025, cuando accedió por primera vez a la alcaldía, una ciudad “querida, reconocida y muy valorada fuera de nuestro territorio”.
Tuvo palabras de agradecimiento para todos. Para quienes le han acompañado en sus tres equipos de gobierno y candidaturas municipales; para su jefa de gabinete Ana Herce; para sus maestros de la política entre los que destacó a su “referente”, José María León Quiñones, que “creyó en mis condiciones y posibilidades para la política”; y para todos los militantes de su agrupación socialista, representados por Francisco Fernández ‘Quillo’.
También agradeció el trabajo de todo el personal del Ayuntamiento, de los miembros de todas las corporaciones municipales de estos diez años, de los cuerpos y fuerzas de seguridad, de las asociaciones y colectivos arnedanos y de los diferentes Gobiernos autonómicos.
Agradecimiento que extendió “a todos los arnedanos” por su comprensión, su apoyo, sus críticas constructivas y sus sugerencias. “Estaré eternamente agradecido a esta ciudad que me lo ha dado todo y permitido ostentar por tres veces el mayor honor dentro de la vocación política”, un “sueño cumplido” para García.
Del mismo modo, tuvo un agradecimiento emocionado para su familia, sus hijos y su mujer “por su incondicional apoyo”.
Sobre Arnedo reconoció que tiene “grandes retos y desafíos, proyectos pendientes que verán la luz y un futuro prometedor”.
Añadió “que tengo una gran confianza en el equipo que va a continuar dirigiendo los destinos de la ciudad”, a los que deseó “toda la suerte y acierto”, con una nueva alcaldesa, Rosa Herce, que hará historia al ser la primera mujer que ostenta este cargo en Arnedo.
García incidió en que, a partir de este momento, continúa su camino, «como ciudadano de Arnedo», en otras responsabilidades en las que siempre tendrá muy presente a esta ciudad.
Con todo, finalizó su discurso parafraseando a Gabriel García Márquez, “no llores porque se acabó, sonríe porque sucedió”.
