La entidad ha explicado que Eugenia y Zaza, que son matrimonio, constituyen también “un tándem creativo de dos inmigrantes que se encontraron en tierra española. Tan diferentes, con estilos y enfoques artísticos completamente distintos. Sin embargo, les une el amor por el arte, la capacidad de crear y transformar sus pensamientos, sentimientos y emociones en obras de arte”.
Eugenia Sergeeva es una ceramista nacida en Rusia. Lleva diez años viviendo en Arnedo y otros tantos aprendiendo cerámica de forma autodidacta. Crea manualmente casas y castillos de cerámica, objetos decorativos inusuales, vajillas, juguetes de barro y ocarinas. Sus obras están llenas de un encanto especial y constan de multitud de pequeños detalles, ornamentos y texturas. Se pueden contemplar durante mucho tiempo y cada vez se descubre algo nuevo. Sus castillos despiertan la imaginación. Es cerámica que cuenta sus historias silenciosas. Sentimientos y emociones plasmados en arcilla.
Por su parte, el georgiano Zaza Papidze es pintor y profesor de pintura. Lleva treinta años viviendo y trabajando en Arnedo. Su estilo es tan singular que resulta difícil definirlo con una sola palabra, se sitúa entre el surrealismo social y el expresionismo alegórico.
Sus cuadros son multifacéticos: contienen multitud de personajes y escenas que revelan la naturaleza humana, sus lados oscuros y luminosos. A veces, es difícil discernir si estamos ante la realidad o ante parte de un enorme circo absurdo. La sátira social y el sarcasmo son aspectos fundamentales de su obra. Zaza transmite temas complejos y dolorosos a través de símbolos, grotesco y alegorías. No ofrece respuestas preparadas al espectador. Sus pinturas dejan espacio para interpretaciones y convierten a cada observador en un participante activo que busca por sí mismo las claves escondidas en los detalles

