El reconocimiento tuvo lugar durante una sobremesa redonda que se celebró por la tarde en el teatro Cervantes, lleno de público que acompañó a la galardonada en un acto cargado de complicidad cinematográfica y anécdotas, en el que también participaron dos de sus grandes amigos y profesionales de la industria: la actriz y cineasta, de ascendencia arnedana, Aura Garrido y el comunicador, cineasta y docente Luis Alegre, con quien Verdú repasó con humor y emoción la influencia de Rafael Azcona en el cine español y la huella que dejó en su generación y muy especialmente en ella.
En referencia a su carrera profesional, la actriz reconoció que está cansada de papeles tan contenidos, fríos y malvados porque ella es todo lo contrario, y afirmó que quiere uno de esos papeles que no le dejen dormir, porque tenga miedo de no poder enfrentarme a ellos.
Verdú, que en todo momento estuvo divertida y agradecida, recibió el galardón entre largos aplausos y palabras de reconocimiento a su trayectoria y dijo que este premio, diseñado por Juan Carlos Balanza, es «uno de los más bonitos de todos” los que tiene, elogiando la estética «cinematográfica» del especial galardón.
Por su parte, el cineasta Luis Alegre afirmó que «Verdú es la única mujer que bailó con Rafael Azcona» relatando uno de los especiales momentos que compartieron en un Festival de Berlín cuando, durante una cena, Verdú se arrancó a bailar el ‘Maria Isabel’ de Los diablos e invitó a Azcona a acompañarla.
Y precisamente con los compases de la pegadiza canción y un público entregado, finalizó este acto.