Según la información facilitada este viernes 28 de febrero por el equipo de Gobierno municipal, los vecinos también han mostrado su malestar por la paralización de la demolición que ya venía prevista en el Plan General del año 2006 y que, en la actualidad, está pendiente de ejecutarse.
Una paralización consecuencia de las acciones emprendidas a título personal (ante el Gobierno de La Rioja) por un arquitecto privado que solicitaba la conservación del edificio, y que “han generado una situación altamente negativa para el desarrollo de esa zona de la ciudad”.
El equipo de Gobierno, explicad que sentir general de los vecinos, trasladado en la reunión, “es su deseo por solucionar el problema que cada día observan delante de sus casas y sus negocios, y hacerlo cuanto antes mejor. Un problema que aporta una malísima imagen a toda la zona, suciedad y sensación de riesgo por el estado ruinoso del edificio”, situado entre las calles Bebricio, Gallarza, 2 de mayo y Achutegui de Blas.
Al mismo tiempo, vecinos y comerciantes han comunicado a la alcaldesa “su opinión muy favorable a la posibilidad de disfrutar en ese espacio de una zona verde y aparcamientos subterráneos”.
Añade que “es algo que entienden como muy necesario para poder acometer una actuación de adecuación urbanística en todo el entorno de Bebricio y Gallarza, que supondría un alto beneficio para el comercio de la zona y la ampliación de aceras”.
El equipo de Gobierno señala que esta postura “coincide con los planteamientos del propio Ayuntamiento de Calahorra en el sentido de que consideran que la supuesta calidad del edificio, que algunos alegan, ellos no lo ven por ninguna parte, ni desde el punto de vista arquitectónico ni tampoco desde ningún otro”.
Por parte del Ayuntamiento, “se les explicó y se puso a su disposición documentación que certifica que el edificio ciertamente no tiene ningún tipo de valor que justifique su conservación, y se les trasladó el lamentable estado de ruina estructural, funcional y económica que presenta dicho conjunto, que actualmente ocupa toda la manzana”.
Así las cosas, afirma que “para el Ayuntamiento de Calahorra está suficientemente demostrado, y en la reunión mantenida se refrendó, que la población no tiene ningún tipo de apego emocional ni especial aprecio por ese edificio, ni le ven ningún valor más allá de lo que expertos en la materia puedan determinar, y que la voluntad mayoritaria de los ciudadanos, (que ya quedó reflejada con claridad en los últimos resultados electorales), es la demolición del mismo cuanto antes para que comience la transformación de esa zona de la ciudad y pase a ser un nuevo espacio abierto que modernice el entorno y aporte nuevos y necesarios servicios para la ciudadanía”.
Así las cosas, el Ayuntamiento trasladó a los representantes de vecinos y comerciantes de la zona “su firme voluntad de seguir adelante con la tramitación del derribo del edificio”, y que “se defenderá donde sea necesario la legitimidad del propio Ayuntamiento para decidir cómo y de qué manera se define y desarrolla el futuro urbanístico de la ciudad”.
Concluye que “desde los servicios urbanísticos y jurídicos de este Ayuntamiento no se va a tolerar que nadie de forma ilegítima se arrogue competencias que le son impropias, ni que utilizando las instituciones pretendan decidir por encima de lo que ya ha decidido el Ayuntamiento de Calahorra y la ciudadanía, que no es otra cosa que la demolición de todas aquellas partes del cuartel que el propio Ayuntamiento decida y la transformación de esa manzana en un espacio abierto, con servicios y aparcamientos subterráneos que revitalice modernice y dignifique el centro” de la ciudad.