Según la información facilitada por Cáritas Diocesana de La Rioja, el dispositivo cuenta con 35 voluntarios, repartidos en cuatro puntos: cocina, registro de atenciones, control de accesos (con su toma correspondiente de temperatura y aplicación de gel para higiene) y entrega de bolsa (principalmente formado por voluntariado joven).
Se continúa, además, con el protocolo desarrollado el pasado año para que haya el menor contacto posible, incluso entre los propios voluntarios. Ellos entrarán por un lado del edificio y los temporeros serán atendidos en el exterior desde otro acceso distinto; y en diversos turnos, haciendo diferentes filas según sea su primer día o posteriores.
Cáritas precisa también que se entregarán en cada bolsa el desayuno, comida y cena. Asimismo, este año se incluirá en cada bolsa un kit de higiene personal, ya que tampoco habrá servicio de duchas. Diariamente serán desinfectadas las instalaciones y se llevará un control para que, si hubiera alguna señal de alarma, el recurso actúe de manera preventiva informando a las instituciones sanitarias correspondientes. El dispositivo se prevé que pueda estar abierto hasta finales de septiembre.
La entidad señala que “debemos seguir reconociendo a todos los agricultores y empresas bodegueras que desde hace años se están esforzando en mejorar las condiciones de sus trabajadores, sean fijos o temporales. Sin embargo, no podemos olvidarnos de que esta campaña va a seguir poniendo de manifiesto problemas clásicos que siguen sin resolverse, como el alojamiento. Desde las diferentes instituciones se ha instado a los agricultores, que son los que tienen que garantizar este alojamiento, para que estos sean seguros”.
Desde Cáritas creen que, “si queremos dejar de ver en nuestras ciudades y pueblos imágenes de personas viviendo en condiciones infrahumanas, debemos exigir a las partes implicadas un descanso digno para las personas temporeras tras su trabajo. Y a la sociedad en su conjunto le pedimos que acoja a estas personas como lo que son, trabajadores. No se merecen un trato indigno o discriminatorio”, afirma Marcos Montoya, técnico del programa de Temporeros de Cáritas La Rioja.
El resto de los dispositivos que Cáritas realiza cada año están pendientes del desarrollo de las diferentes intervenciones de los grupos locales y los ayuntamientos, condicionadas por la pandemia. En el caso de Logroño, como otros años, la entidad colaborará con el consistorio en lo que se concrete desde la Mesa de la Pobreza.