En una nota de prensa explican que la gerencia y la dirección médica del Hospital de Calahorra “han pretendido achacar la nefasta gestión y el estrangulamiento del servicio a los propios profesionales. Para tapar estos graves defectos de gestión, han intentado multiplicar los turnos y reducir los profesionales del servicio, llegándonos a amenazar con no conceder las vacaciones, solicitadas por escrito desde el mes de marzo”.
Recalcan que todas estas presiones de la gerencia y la dirección médica han terminado en la interposición de una demanda, “para intentar que sean los tribunales de lo social los que defiendan nuestros derechos como trabajadores”.
Concretan que en dicha demanda “se recogen las presiones laborales y personales que han sufrido los trabajadores, la sobrecarga de trabajo, con incremento de los pacientes y reducción de los profesionales por turno, así como los comunicados emitidos por la dirección médica y la gerencia del hospital tendentes a coaccionar a los médicos en su actividad profesional”.
Concluyen que siguen insistiendo en que “la reducción de médicos por turno, unido al aumento de demanda, genera sobresaturación del servicio, con la consiguiente pérdida en la calidad asistencial, a la vez que pone en entredicho la seguridad del paciente y aumenta la probabilidad de cometer errores. Todas estas circunstancias están minando la capacidad física y psíquica de los profesionales con el riesgo que supone esta exposición prolongada al estrés”.
Con todo, los médicos han vuelto a advertir de que, si se prolonga esta situación, el Hospital de Calahorra está en riesgo de que cierre su servicio de urgencias.