La peña señala en una nota de prensa que considera que “debemos seguir con nuestras tradiciones de forma segura”, por lo que ha establecido una serie de medidas para la realización de este acto.
Así, precisa que el uso de la mascarilla será obligatorio en todo momento, sobre todo en el local de la Peña Lubumbas, en cuyo interior habrá marcas en el suelo para mantener la distancia que se debe respetar en todo momento.
También se establecerá un recorrido circular marcado, con entrada y salida en la puerta principal; y el saludo a este curioso personaje se hará de forma ágil y rápida para que la espera en la fila no sea muy larga.
La peña también recuerda que los positivos en coronavirus o aquellos que hayan sido contacto directo de un positivo deben quedarse en casa; y concluye que, en el caso de que se tenga que suspender la visitar, se avisará a través de redes sociales.
Historia del personaje
La peña Lubumbas ha recordado que el ‘Hombre con tantas narices como días tiene el año’ es un personaje que desde 1991, cada 1 de enero, se acerca en un antiguo autobús hasta la Puerta Munillo de Arnedo ataviado con abrigo, traje y bufanda y portando una pequeña maleta. Tras saludar a los numerosos niños congregados, provocando en ellos dispares reacciones, se dirige a la sede de la peña para repartir chucherías a todos los asistentes.
Explica que se trata de una historia popular con la que los más mayores engañaban a los niños cada 31 de diciembre, diciéndoles que acababan de ver pasar a un hombre con tantas narices como días tiene el año. Un juego de palabras ya que, en realidad, se referían a que tenía tantas narices como días le quedaban al año que, en ese 31 de diciembre, era solamente una. Los niños corrían buscando a un hombre con 365 narices al trenillo o en los distintos autobuses que llegaban a la ciudad y, lógicamente, nunca lo encontraban.
Así las cosas, en el año 1991 la peña Lubumbas rescató esta tradición oral y la hizo mal a propósito, colocándola en la jornada de Año Nuevo, en la que el personaje sí que debería tener 365 narices, ya que eran los días que el año recién estrenado aún tenía por delante.
La idea del diseño fue del pintor arnedano y miembro de la Peña Lubumbas, Antonio Montiel, y fueron las manos de Carlos Pérez-Aradros las que dieron forma a esa figura de un hombre con toda la cabeza cubierta por narices, que causa entre los niños asombro e inquietud a partes iguales.
La peña añade que se trata de un acto que se ha mantenido hasta nuestros días y que supone la primera actividad del nuevo año en esta localidad.
Recalca que la llegada de este singular personaje es un acto dirigido a los niños, sin embargo, es la excusa perfecta para padres, tíos, abuelos… para salir a la calle y felicitar el nuevo año a todos los amigos y familiares a los que aún no han tenido la oportunidad de ver.