El ayuntamiento y las asociaciones locales, todos ellos responsables de la organización, decidieron de forma unánime el pasado viernes en una reunión extraordinaria, la suspensión de la misma, la cual será efectiva tras su aprobación en pleno.
La decisión, no poco dolorosa, se fundamenta en la excepcional situación de ola de calor y sequía que nuestra comunidad viene sufriendo desde el pasado mes de junio, y que está obligando a tomar medidas extraordinarias no sólo a la autoridad ambiental, sino también a consistorios, agricultores y ciudadanos.
La fiesta se celebra habitualmente en un entorno agrícola y muy cercano a terrenos forestales, y en ella se concentran cientos de vehículos y personas, para disfrutar de las representaciones tradicionales y de las degustaciones, que son elaboradas “in situ”. Los que ya conocen la fiesta saben que la organización siempre ha sido muy cautelosa con los riesgos que esta implica, y nunca ha dejado de tomar todas las medidas necesarias para mitigar el riesgo, sea este de incendio, inundación o de otra índole.
Sin embargo, este año la situación es excepcional en cuanto a sequía y riesgo de incendio, a lo que hay que sumar la falta de medios y efectivos de protección civil y extinción de que disponemos, por el exceso de situaciones a que están siendo desplazados en las últimas semanas, dentro y fuera de nuestra comunidad.
Por todo ello, se considera “un acto de responsabilidad y de sentido común la suspensión de la fiesta, como ha sido el caso en ediciones anteriores, aunque por otros motivos”.
El Ayuntamiento pide disculpas a todos los participantes, vecinos, afectados, particulares e instituciones, visitantes, amantes de la cultura rural, y en general a toda La Rioja por dejarles “con la miel en los labios”, precisamente un año en el que tantas ganas teníamos de celebrar este evento, que tanto nos une y nos ayuda a mantener vivo un territorio y una cultura centenaria.
Aunque la fiesta no se celebre, añade, “nuestro Molino de Viento, estandarte del Valle de Ocón, sigue ahí, saludando desde lo alto todas las mañanas, esperando a ser visitado, junto a las ermitas y a los yacimientos, el Trujal y los lavaderos, los huertos, los campos, los bosques… y emplazando a todo aquel que quiera a seguir disfrutando de las delicias de este Valle”.