Según la información facilitada por el Instituto Armando, este viernes 2 de noviembre, se ha detenido a cuatro ciudadanos de origen portugués y se ha investigado a otro de nacionalidad española como presuntos autores de varios delitos de Trata de Seres Humanos con fines de explotación laboral.
Como resultado de las investigaciones se ha procedido a la identificación de un total de treinta víctimas de origen portugués, trabajadores agrícolas que estaban en condiciones precarias, varios sin estar dados de alta en la Seguridad Social.
Esta operación se enmarca dentro de la actuación conjunta que desarrollan la Guardia Civil, la Policía Judiciaria y el Servicio de Extranjería y Fronteras (SEF) de Portugal para prevenir y perseguir los delitos relacionados con la Trata de Seres Humanos y Contra los Derechos de los Trabajadores, y para dar protección a las víctimas que trabajan en labores agrícolas en la Comunidad Foral de Navarra y La Rioja.
Durante la investigación se ha podido determinar cómo los presuntos autores captaban a sus víctimas en Portugal, en entornos sociales extremadamente vulnerables, ofreciéndoles unas condiciones de trabajo aparentemente atractivas. Posteriormente las trasladaban hasta Navarra y La Rioja para realizar labores agrícolas en las diferentes campañas, en unas condiciones precarias y vulnerando muchos de sus derechos laborales.
Añade que las condiciones de trabajo detectadas incluían jornadas laborales muy superiores a los estándares regulados y con un sistema de remuneración en el que uno de los detenidos, conocido como el “Patrono”, recibía el total de los jornales, siendo él mismo el que realizaba el reparto una vez finalizaba la temporada, descontando la parte que consideraba propia por el alojamiento y la manutención.
Los agentes han confirmado que alguno de los empresarios vinculados con el “Patrono” conocía presuntamente la dinámica delictiva, prestándose a contratar a los trabajadores, a sabiendas de las condiciones descritas.
Entre las víctimas había una menor portuguesa de 16 años de edad y otra, también de origen portugués, que llevaba en España diez años, fue “vendida” por una cantidad de dinero a uno de los detenidos.
El “Patrono” contaba con varias personas, de nacionalidad portuguesa, que realizaban labores de control sobre las víctimas en los lugares donde pernoctaban, donde estaban hacinados y en condiciones totalmente insalubres y antihigiénicas.
Estos alojamientos se ubicaban en las localidades riojanas de Alcanadre y Bergasa en donde, según las propias víctimas, en tres o cuatro habitaciones podían pernoctar más de 25 personas, por las cuales el “Patrón” les cobraba la cantidad de 20 euros/día a cada uno de ellos por la comida y el precario alojamiento.