En dicho bando, firmado por el alcalde, Julián Jiménez Velilla, se hace una “llamada a la responsabilidad individual y colectiva, imprescindible para garantizar la seguridad sanitaria en la ciudad y para evitar la transmisión del virus”.
Así las cosas, el equipo de Gobierno municipal considera “conveniente” realizar algunos “recordatorios”, como que “las fiestas se encuentran suspendidas y el ayuntamiento no ha organizado ni va a tomar parte en acto alguno”.
Incide en que la semana del 14 al 20 de agosto “es una semana normal”, en la que “no se permitirán actos alternativos similares a los organizados habitualmente en fiestas (cohete, charangas, espectáculos en la calle…)”.
En este sentido, recuerda que “los bares no pueden servir en la vía pública, a no ser que lo hagan en las terrazas autorizadas al efecto. Únicamente se podrá consumir fuera del local en los elementos de las terrazas autorizados” y “dentro de los establecimientos habrá que respetar el aforo y será obligatorio el uso de mascarillas cuando no se esté consumiendo”.
Así mismo, el ayuntamiento señala que “no habrá horarios especiales de los bares ni se autorizarán barras exteriores, ni música en la calle, ni conciertos, ni espectáculos varios”.
También “están totalmente prohibidos los botellones” y “se sancionará con 300 euros a cada uno de los participantes”.
Añade que tampoco se permiten “realizar brasas en la vía pública”, “ni ocupaciones de vía pública para almuerzos, comidas o cenas no autorizadas, ni para cualquier otro evento festivo”.
Con todo, concluye que el incumplimiento de estas instrucciones “conllevará sanción mínima de 300 euros por infractor”·