Durante el transcurso de cada una de las actuaciones, los agentes se entrevistaron con las ocho trabajadoras del establecimiento para intentar detectar si estaban siendo víctimas de explotación laboral o sexual, o de trata de seres humanos con dichos fines y, en caso positivo, derivarlas a las autoridades competentes y garantizarles la protección de sus derechos. Tres de estas mujeres se encontraban en situación irregular en España.
La Guardia Civil detalla que la primera actuación se llevó a cabo durante la madrugada del pasado día 12 de octubre, cuando Agentes del Servicio de Seguridad Ciudadana, tras recibir varias informaciones relacionadas con la apertura del club, comprobaron que esto era cierto, a pesar de la expresa prohibición de apertura de este tipo de establecimientos, por lo que se procedió de manera inmediata a su inspección, desalojo y cierre del local. Además, se denunció al responsable del establecimiento por infracción grave a la Ley de Sanidad.
Añade que la segunda intervención se ejecutó en la madrugada del día 13 de octubre, mediante la realización de un operativo, que estuvo a punto de desbaratarse, al detectar el encargado del club la llegada de los agentes, por lo que alertó a clientes y trabajadoras para que abandonaran el lugar.
Nuevamente se volvió a comprobar que el club seguía funcionando a pleno rendimiento por lo que, tras ser identificados clientes y trabajadoras, se instó por segunda vez al propietario al cese inmediato de la actividad y se desalojó a los usuarios de manera escalonada y ordenada.
Tras este desalojo el propietario del club de manera “desafiante” y “amenazante”, según la Guardia Civil, manifestó a los agentes su total desacuerdo con la denuncia y el cierre de su negocio, dejándoles claro que nadie le impediría abrir al público para continuar con su actividad.
Siguiendo con el relato, en la tarde/noche del sábado 17 el dispositivo de vigilancia establecido sobre el club detectó nuevamente actividad en el interior, por lo que Unidades del Servicio de Seguridad Ciudadana, Equipo Mujer Menor e Inspección de Trabajo accedieron al interior para volver a inspeccionarlo y procedieron a levantar actas/denuncia, desalojar a los clientes y cerrar el local.
El responsable del club, no conforme con cada una de las actuaciones llevadas a cabo por la Guardia Civil, volvió a reabrir durante la madrugada del 19 al 20 de octubre, por lo que nuevamente fue denunciado y se desalojó a los clientes del establecimiento. Tras esta actuación el propietario del local indicó a los agentes que procedía a cesar su actividad de manera definitiva.
La Guardia Civil en La Rioja afirma que va a seguir actuando con «firmeza» con aquellos ciudadanos irresponsables que incumplen las medidas decretadas para hacer frente a la actual crisis sanitaria por la COVID-19.